Cambiemos 2018: mientras nadie se avive…
No uso crema
de afeitar Gillette porque me rompe las pelotas la posición monopólica de la
marca. Justamente por esto, a veces no tengo más remedio que capitular y compruebo
que el producto es de lo mejor. De cualquier modo, siempre que puedo compro otro;
por ejemplo Veritas, que es nacional y me hago la ilusión de que, no sé, me
hace sentir mejor. Cualquiera.
Por tanto,
para Gillette, al igual que otros como yo, no soy un problema, sino un desafío.
Sus especialistas en mercadotecnia estarán estudiando qué y cómo hacer para conquistar
el segmento del mercado que les falta.
Todo esto ya
lo tenemos más o menos claro. El márketing lo ha estudiado todo y sigue investigando
cómo inducir y aumentar el consumo, de manera metódica y sistemática.
Hasta hace
poco, esto funcionaba para bienes y servicios de intercambio en el entorno capitalista.
El problema es que el neoliberalismo se fagocita al sistema, y ahora la política
se ha incorporado al mercado. Ya no se trata de conquistar votantes, sino
clientes. Y si el voto es una mercancía, los tipos van kilómetros adelante en técnicas
acerca de cómo vender.
El estudio
del mercado es posiblemente el ítem que más recursos de la inversión empresaria
en investigación y desarrollo insume.
Entonces, no
se trata de que las fuerzas progresistas imiten métodos o incorporen tips de
mercadotecnia eficaces. Eso no va a llevar a ninguna parte; en primer lugar,
porque es contradictorio con una ideología colectivista, integradora y
solidaria. Y en segundo, en el caso de que existiera alguna forma de conciliar
los términos, porque habría un camino muy, muy largo a recorrer en lo académico
y en la praxis, y se estaría corriendo siempre de atrás.
Pero eso no
quiere decir que no puedan utilizarse las conclusiones alcanzadas para entender
mejor la psicología de la sociedad que nos rodea.
Mentime que me gusta
Las redes
sociales son grandiosas, pero también hacen a las personas conscientes de lo
encerrados que están en bolsones de afinidad ideológica, estética, cultural, etaria,
moral y varios etcéteras. Las tribus urbanas se configuran por coincidencia de al
menos una de estas variantes. Pero al mismo tiempo, son absolutamente
ignorantes de lo que acontece en otras esferas similares pero de distinto
signo. La ignorancia recíproca convierte a las redes sociales en una Babel
inofensiva. ¿Recuerdan la historia de Babel? Jehová confundió las lenguas para
que los hombres no pudieran avanzar con la construcción que estaban encarando unidos.
Algo similar son las redes: el parloteo es incesante, pero sólo se escuchan las
voces afines. Los integrantes de un grupo terminan intercambiándose mensajes
redundantes entre ellos mismos acerca de lo que ya todos conocen. Esa comunicación
inútil termina siendo un placebo anestesiante, que tranquiliza las conciencias,
descarga tensiones y provee una incomprensible sensación de bienestar satisfecho.
Lo que
debería intranquilizar es lo poco que se interpreta a los que piensan
diferente. Por qué lo hacen, cuáles son sus expectativas, esperanzas y
proyectos, cómo se conforma su personalidad.
Por ejemplo, ¿por
qué confiar y creer en una persona que en 2007, en la campaña previa a su proclamación
como Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, prometió construir diez
kilómetros de subte por año en el cuatrienio y al final del mismo, en 2011, en
lugar de los cuarenta anunciados, no se llegaba ni siquiera a dos? Pero antes
que eso, ¿por qué creerle a alguien que afirma realizar en un año la extensión
promedio que tenía cualquiera de las líneas existentes? ¿Era creíble para
alguien que algún gobierno sería capaz de inaugurar una línea de subterráneos
de 10 km por año? ¿Por qué a casi ninguno de sus votantes le resultó
escandaloso un disparate semejante?
No vale la
pena analizar la ristra de mentiras que fue ensartando en el largo camino hasta
la presidencia, durante la gestión y en cada una de las campañas, para llegar
al dislate presente, de pretender que la gente crea que el Estado se va a
apropiar de 100.000 millones del fondo de jubilaciones pero los beneficiarios
del sistema van a mejorar sus haberes. Ofende la inteligencia de cualquiera. Sin
embargo, la impavidez generalizada sigue siendo la regla.
La tozudez
del electorado en sostener las mentiras de su gobernante, obviamente, en algún
momento va a tener fin. Pero mientras tanto, sería interesante un estudio
interdisciplinario acerca de cómo la posverdad
se relaciona con este fenómeno que podríamos llamar posmentira. Si la posverdad
era la prevalencia de las opiniones y prejuicios por encima de los hechos comprobables,
la posmentira sería la aceptación de
la mentira más allá de las evidencias y demostraciones de falsedad. Lo que no
deja de tener sentido, ya que evidencias y demostraciones también son hechos
comprobables.
Todas las
parcialidades suelen aferrarse a sus creencias y compromisos afectivos, y tienen
tendencia a negar prima facie lo que pueden
considerar malintencionado hasta que se demuestre lo contrario. La resistencia
a aceptar errores propios, la negativa obcecada a cualquier juicio crítico, la
justificación traída de los pelos y finalmente la fidelidad incondicional a la
figura del líder carismático es algo reconocible como una constante en la
historia argentina. Pero en el caso del gobierno de Cambiemos, paradójicamente,
se ha atravesado el límite de cualquier controversia política imaginable. Es
tan desvergonzada la exposición de la mentira por sus enunciadores como la
aceptación a sabiendas del engaño por los destinatarios.
El marketing en el neoliberalismo es mucho mas profundo. Hay algo mas “arriba” de todo esto. La mercadotecnia sólo es tan sólo un instrumento de las tantas herramientas de las existe.
ResponderEliminarHace unos años viviendo en otros lares, una mega empresa me propuso producir y distribuir un soft dirigido a no videntes (en aquel entonces tenía una empresa de sofwares).
Nos adiestraron (mirando hacia atrás, creo que es el verbo mas adecuado) no sólo como realizar, producir y diseñar la campaña (mucho “marketing”), sino también a quienes (mas alla de los usuarios “obvios”) debíamos centrarnos en una parte del código a diseñar, porque esta empresa poseía datos no solo de su pais, sino internacionales de clientes potenciales a “perder la vista” por enfermedades, accidentes o edad.
Estamos hablando del año 2008, y esta información en aquel momento se llamaba “Big data”. Hace dos años nuevamente escuché este (¿se puede hablar de?) silogismo, aquí en Argentina.
Acceder a esta información para el neoliberalismo es extremadamente fácil: tener un teléfono celular, una computadora, tener una tarjeta SUBE, o mas simple aún, comprar en los grandes formadores de precios, brinda suficiente información (comprar en un comercio barrial también nos incluye, pero es mas “lento”) para ser un dato duro mas en esta inmensa estadística.
El “neoliberlaismo”, sabe que el resto de los mortales sabemos de la existencia de esto. Así es que nos “regalan” los instrumentos: el marketing (que la utilizamos de la manera mas ineficaz) para que “trabajemos” con los datos que tenemos (que nos “proveen generosamente” o creemos haber obtenido) cuando en realidad el material “crudo” es lo que importa, porque con éste se tiene la visión del (los) universo(s) total en tiempo real, es decir que: conoce el futuro, y creo que no es una metáfora.
Si esto lo trasladamos a nuestro país, veremos que a pesar de las torpezas propias de la actual conducción, hay un backstage que le dá verdadero sentido a todo lo que esta sucediendo.
Ya estamos inmersos en un juego al que estamos obligados a participar, no podemos abandonar y no se nos permite el empate. Es muy difícil, asi es que: elijamos bien.
A propoposito:
Estimado Carlos: Mis mejores deseos en este año que recién comienza, desde la ideología que creo compartir con Ud, entiendo que estaremos estancados en la impericia y negligencia al que nos tiene acostumbrados la actual dirigencia, así es que debemos insistir en sostener los ideales, o mas vox populi: “esperemos que si decaiga” , hablando de decaer: podria agregar "que se les caiga un a idea por favor" (como buen deseo para este año)
Shigeki
Bienvenidos y retribuidos los mejores deseos. Van a ser de suma utilidad.
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